TRES REFERENCIAS
PRIMERA: “La
ciencia no se confunde, cierto, con la política o la moral; sin embargo las
propias ciencias humanas tienen finalidades ligadas con los valores y estos
pueden ser aceptables o inaceptables para nosotros”.
Mencionado por Tzvetan Todorov, en la Conferencia
magistral dictada en la Cátedra Latinomericana Julio Cortázar de la Universidad
de Guadalajara (extraído de: http://www.perfil.com/columnistas/dilemas-de-la-memoria.phtml)
SEGUNDA: “El
sociobiólogo E.O. Wilson escribió no hace mucho en Conscience; No hay problema más urgente que aproximar la cultura
científica y la cultura humanística. Será el siglo veintiuno el siglo de
esta reconciliación?...”
Texto extractado de la página 171 del libro de Arnaud Spire, “El pensamiento de Prigogine”, Ed. Andrés Bello, Chile, 2000
TERCERA: “Nicholás Rescher en su libro Razón y valores en la Era
científico-tecnológica, después
de analizar ampliamente toda la problemática del valor, y de mostrar que el
valor no es sólo una cuestión subjetiva, sino también objetiva, explica que los
valores en la ciencia tienen que ver fundamentalmente con:
Los objetivos de la ciencia: los cometidos de la investigación
científica siempre tienen que ver con valoraciones, por ejemplo, el tema de una
investigación es elegido por sujetos individuales o por grupos, pero dicha
elección se hace siempre dando preferencia a unos temas sobre otros y teniendo
en cuenta la inversión en tiempo, esfuerzos y recursos. La conducta misma del
investigador está vinculada con valores tales como la veracidad, la precisión,
la objetividad. De igual manera sucede con la descripción efectiva, la
predicción, el control y dominio de la naturaleza que se traduce en tecnología.
Valores de la ciencia en cuanto a teoría. Ciertos factores de valor constituyen los desiderata de las teorías científicas, en los
cuales se incluyen los factores de coherencia, consistencia, generalidad,
comprensibilidad, simplicidad, exactitud, precisión y otros. Aquí se encuentran
también los valores incluidos en la gestión del riesgo cognitivo, en especial
los standars de prueba y rigor en las consideraciones que sirven para
determinar, cuántas pruebas empíricas se requieren para justificare la
aceptabilidad de ciertas afirmaciones científicas.
Valores de la ciencia en cuanto proceso de producción: valores inherentes a los trabajadores
científicos, es decir a los actores mismos, tales como perseverancia y
persistencia, veracidad, honradez intelectual, cuidado del detalle, pasión por
la búsqueda de la verdad, modestia intelectual. Aquí entran también los
estímulos al investigador y la búsqueda por el investigador mismo de incentivos
y premios.
Valores de la ciencia en cuanto a aplicación: Algunos factores de valor representan el
beneficio de los productos de la ciencia, relacionados principalmente con la
aplicación de ésta a las ventajas de los desideratas
humanos, tales como el
bienestar, la salud, la longevidad, la comodidad, etc., especialmente hablando
de ciencias como la medicina, la agricultura y la ingeniería genética(27).
En estas ciencias sobre todo encontramos los modos a través de los cuales los
valores impregnan la labor científico-tecnológica, por ejemplo al evaluar el
carácter deseable o no de las diversas implementaciones tecnológicas, al
preguntar ¿es deseable (ética o moralmente) realizar manipulaciones
psicológicas, organizar grupos de presión para orientar la opinión, desarrollar
armas de destrucción masiva, etc?. En diversas áreas de la medicina surgen
preguntas sobre la clonación y el aborto, sólo para dar dos ejemplos; o sobre
la puesta en práctica de la investigación médica: el ensañamiento terapéutico,
la eutanasia, la prolongación artificial de la vida, y muchas otras preguntas
que hoy plantea el desarrollo de las últimas tecnologías en medicina.
El conocimiento científico es un bien humano, un bien valiosísimo,
pero al fin y al cabo un bien entre otros, puesto que el hombre además de
bienes específicamente cognitivos, estima también otros bienes relacionados con
la calidad de vida personal y comunitaria: bienestar físico, compañerismo,
atractivo del medio ambiente, armonía social, desarrollo cultural, etc. El
progreso científico-tecnológico si es cierto, como pensaba Francisco Bacon, que
puede hacer más fácil la vida humana, pero no la simplifica ni elimina su
complejidad, y con frecuencia, mal empleada, aumenta por el contrario los
problemas, o plantea nuevos problemas. Problemas que obligan hoy a preguntarnos
seriamente sobre los límites del progreso científico, límites no tanto teóricos
sino prácticos. No se trata de ponerle límites a la mente humana, sino sólo de
ponerle límites a la aplicación irresponsable de aquello que el hombre es capaz
de inventar o descubrir”.
Texto extractado de: Blanca Inés Prada Marquez en; http://www.oei.es/historico/valores2/prada.htm
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